Hoy, 28/03/2018, vi un tweet de https://twitter.com/ColombiMaritima
que hacía mención al desastre del Exxon Valdez ocurrido el 24 de marzo de 1989 y
me hizo recordar mis inicios en la Universidad Marítima del Caribe, cuando con
trabajo y dedicación se comenzaba a construir lo que en otrora era la Escuela Náutica de Venezuela.
Recordé, cuando en el 2001 se llevó a cabo el 1er Seminario Internacional “Nuevo
Paradigma de la Seguridad Marítima”, cuyo objetivo fue el de crear conciencia
de asimilación y aplicación de la seguridad marítima a bordo de los buques y a
todos los entes involucrados en la actividad naviera, acorde con los convenios
internacionales, leyes vigentes y la tecnología de punta que se estaba
implementando en las naves para ese momento y fue allí, cuando por
primera vez escuché hablar del accidente del Exxon Valdez e impactada por lo
sucedido y sus consecuencias, decidí estudiar y amar lo que hoy considero mi
pasión por la investigación en el área marítima.
El
desastre del Exxon Valdez, conocida como la mayor tragedia ecológica de la
historia, cuyos encabezados en las noticias se centraba en llamarla la gran marea
negra que contaminó, en aguas de Alaska, un área de 250 kilómetros cuadrados cubriendo
playas, peces, aves y mamíferos, asentándose sobre la superficie del mar y afectando
por largo tiempo la oxigenación de las aguas, provocando la mayor tragedia
ecológica de la historia y donde el “error humano” fue el detonante. (http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-7515,
1993)
Según
las estadísticas, el 80% de las tragedias marítimas son causadas por el “error humano”, que luego de orientar esfuerzos
en explicar “qué sucedió”, independientemente de la metodología utilizada, el
objetivo es encontrar un culpable que sea responsable ante un contrato de
seguro y muy pocas veces se explica o encuentra el “por qué” (https://marygerencia.com/2012/01/04/la-investigacion-de-accidentes-maritimos/
) y en el caso que nos atañe, los culpables fueron “Joseph Hazelwood, de 42
años y comandante de la nave, quien se encontraba ebrio y Cousins, (tercer
oficial al mando) quien pasó por alto las instrucciones de su capitán”. (http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-7515).
Sin embargo, en 1990 se reseñaba que el ex capitán Joseph Hazelwood, único
acusado, había sido declarado inocente de las acusaciones que le atribuían la
responsabilidad del vertido de 40 millones de litros de crudo en aguas de
Alaska. (https://elpais.com/diario/1990/03/23/sociedad/638146810_850215.html).
Para
el 2012 se reseñaba, que el derrame ocurrido continuaba ”afectando a los
ecosistemas de la zona, las especies afectadas durante el vertido no habían
vuelto a recuperarse después del accidente y sus poblaciones seguían por debajo
de los niveles previos a la catástrofe, sin previsión de una recuperación
completa. Aún, permanecen restos de petróleo en el área, tanto en el subsuelo
como en la cadena trófica, lo cual indica una exposición crónica que da como
resultado la disminución de la tasa de supervivencia y reproducción de muchas
especies”. (https://www.ecologistasenaccion.org/article22826.html)
Tal
vez para algunos sea importante castigar a quien lo hizo, pero para otros lo injusto
sea el daño ecoambiental producido, pero para mí, en este recordar, lo inaceptable es que el ser
humano sea capaz de destruir el hábitat de otros seres vivos y viva sin asumir
la responsabilidad por los errores cometidos.
https://www.treehugger.com/natural-sciences/it-took-25-years-sea-otters-get-over-exxon-valdez-oil-spill.html