La Revista Espacios Acuáticos, @espaciosacuatic,
publicó en las redes sociales “Espeluznante
Vídeo del desguace del Costa Concordia varado un viernes 13 por su capitán que
al hacer un saludo para sorprender a un colega rozó un arrecife. Luego de 2
años logró ponerse a flote y se llevó hasta Génova para su desguace total”
y esto hizo que me preguntara, ¿cómo un buque de pasaje, de 290 metros de eslora,
construido en el 2006, que surcaba los mares bajo bandera Italiana, con 4.229 personas
a bordo y cuyo capitán contaba con 30 años de experiencia, un 13 de enero de
2012, se hundió frente a la costa de la
isla Toscana del Giglio y ahora ha sido desguazado en el astillero San Giorgio
del Porto, en la ciudad italiana de Genoa?.
Las investigaciones realizadas
por expertos en el área y que luego
servirían como soporte para determinar la culpabilidad del excapitán Francesco
Schettino, establecieron que las principales causas por las cuales ocurrió este
accidente marítimo se centran en:
a. La decisión irresponsable del Capitán, al
ordenar desviar la embarcación a tan solo escasos 150 metros de la costa, para
que sus pasajeros pudieran observar la isla de Giglio, y a su vez los vecinos
de la isla, pudieran admirar desde tierra un impresionante hotel flotante. Esta
decisión se debió a que a bordo del buque se encontraba un compañero del
Capitán que estaba a punto de jubilarse y éste le quiso regalar la maniobra de
acercamiento así como impresionar a una joven modalva con la que había cenado
minutos antes. Esta temeraria decisión llevó al Costa Concordia a colisionar
con una piedra de granito y se produjera una abertura en el casco de 70 metros
de largo a un costado del buque, lo cual hizo que esa megaembarcación naufragara
sobre el flanco de estribor.
b. A
pesar de que el buque se inclinaba progresivamente hacia estribor, el capitán Schettino
tardó una hora y 13 minutos aproximadamente, en tomar la decisión de evacuar a
los pasajeros y tripulantes, llevando al desenlace de 32 fallecidos, 64
personas heridas de consideración y la pérdida de la nave.
c. Por
último, el incumplimiento de la normativa internacional que establece que en un
accidente marítimo, el capitán debe ser el último en abandonar la nave, y en el
caso que nos atañe, el Capitán fue uno
de los primeros en dejar la embarcación y resguardarse en tierra firme.
Han transcurrido 6 años, desde
aquel fatídico día y hoy sólo queda el recuerdo de una embarcación que durante
6 años navegó el mar Mediterráneo sirviendo de atractivo turístico a un gran
número de pasajeros y que se ha convertido en un amasijo de chatarras vendido
al mercado de reciclado de buques.
Tal vez lo importante sea saber
si el Capitán está encarcelado, pues sí desde mayo 2017, cumpliendo una condena
de 16 años de cárcel por haber sido responsable, según el veredicto de los jueces del tribunal de Grosseto, de los
delitos de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio, de no
haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión que
provocó el desastre, y por último, de los daños ocasionados al medio ambiente.
Particularmente considero, que la
conciencia pesa más que un encierro, que el ser humano está hecho y vive de sus
acciones y a pesar de que el Capitán ha escrito un libro, que se ha convertido
en uno de los libros más vendido en Italia, en el cual explica lo ocurrido desde su visión,
lo más seguro es que no pueda vivir en total tranquilidad, ya que como decía la
filósofa Simone Weil (1909-1943), “Para
que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la
conciencia”.
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