Por MSc. Diamaris Silva
Hasta hace poco, era inimaginable
pensar que buques de gran calado y con capacidad de 15.500 Teu´s o más surcaran
los mares. Estos megabuques que atracan en países en los cuales se encuentran
los puertos más activos del mundo, circulan con el mayor volumen de carga posible,
a fin de lograr economías de escala y ahorro en el consumo de
combustible, beneficios que se trasladan al consumidor final.
A pesar de la crisis financiera vivida por EEUU en Octubre 2007,
conocida como la crisis de los países desarrollados y que provocó una
disminución en el intercambio del
comercio mundial, en los años subsiguientes, la construcción de megaportacontenedores
que transitaron las rutas EEUU, Europa y Asia, fue en ascenso.
El por qué de esta incoherencia viene dada porque la generación de nuevas embarcaciones nace,
teóricamente, en los periodos de auge, caso contrario en los periodos de
recesión económica. Sin embargo, en épocas de crisis económica se ven nuevos buques
en la mar y esto se debe al tiempo que existe en los astilleros, desde el
momento que se realiza la solicitud hasta que comienza la construcción de la
nueva nave. Este tiempo oscila entre dos o tres años razón por la cual, a pesar
de existir crisis económica, se hacen entregas de nuevas embarcaciones.
Adicionalmente, la llegada de estos megabuques plantea serios desafíos a
los puertos ya que se ven obligados a realizar grandes inversiones en la
adecuación de sus infraestructuras portuarias para lograr albergar tanto las
megaembarcaciones como la carga, así como brindar eficiencia en las operaciones
portuarias, precios competitivos y además, disponer de líneas feeders para trasladar las mercancías a puertos con
menos avances tecnológico y capacidad.
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