Por MSc. Diamaris Silva
La globalización es un proceso que corresponde a la integración económica entre mercados y naciones, presentando su punto de partida en las transformaciones estructurales de las economías industrializadas como resultado de innovaciones tecnológicas, organizacionales e institucionales.
Este fenómeno ha permitido el intercambio internacional de mercancías, materias primas, servicios y capital entre naciones y ha impulsado la creación de acuerdos de integración, cuya finalidad es la de reducir las barreras comerciales entre los países miembros. En este intercambio comercial, el transporte marítimo se ha convertido en uno de los más importantes pilares de la globalización por ser el responsable de mover el 80% del comercio internacional.
Ahora bien,
este movimiento transfronterizo por vía marítima evoluciona sobre un espacio
global marítimo en el cual las embarcaciones
circulan libremente desde cualquier parte del mundo, siguiendo diferentes
direcciones, denominadas rutas marítimas. El diseño de las rutas marítimas radica
en crecientes necesidades de la humanidad, tanto comerciales, como turísticas e
industriales y para ser consideradas como tales, requieren tener permanencia y
constante tránsito marítimo significando un medio de servicio a la economía.
Las
actuales rutas marítimas han marcado un proceso de crecimiento en el comercio
de bienes que ha afectado la flota marítima mundial en cuanto al tipo de carga (líquida,
gaseosa, a granel, general), tipo de servicio, capacidad transportada y por
ende, el diseño de los buques que debe adaptarse a las exigencias de la demanda,
lo que demuestra que el transporte marítimo es flexible y descansa en el libre
juego de la oferta y la demanda.
La demanda
del transporte depende, no sólo de la satisfacción del cliente al prestarle un
servicio de calidad, sino que está relacionada con los tiempos de respuesta y
sobre todo con los costos de transporte. Estos costos son parte del intercambio
comercial de servicios y como tal, están sujetos a las posibles restricciones
que imponga el comercio internacional de bienes. Actualmente, el comercio
internacional plantea, primero, el libre flujo de bienes, sin restricciones
proteccionistas, ya que este tipo de políticas pueden contraer o expandir el
comercio mundial y afectar directamente al transporte marítimo y sus
actividades conexas. Segundo, mayor calidad al menor tiempo y costos, por lo
que la industria del transporte marítimo mundial sigue su tendencia hacia la integración,
fusión y/o alianzas de líneas navieras; concentración de servicios conexos e
innovación tecnológica, todo ello con el fin de lograr economías de escala que conlleven a costos de
transporte unitario más bajos, servicios suficientes, oportunos y seguros; con
calidad y precios competitivos.
Por: EMA BLOGS
http://blogs.enterprisemanagement.com/torstenvolk/2017/10/09/ema-enterprise-decision-guide-container-management-production-scale/
No hay comentarios:
Publicar un comentario