Por: MSc Diamaris Silva
Además de la
integración de líneas navieras, que ha permitido a las empresas que prestan el servicio
de línea regular la posibilidad de consolidar volúmenes de carga, aumentar la
frecuencia de los viajes y aprovechar los activos fijos tales como, el uso de
buques, terminales, equipos y contenedores existentes; otro fenómeno está
emergiendo y es el control de toda la cadena logística del transporte por parte
de estas megaempresas navieras.
Este fenómeno se
enfoca hacia la prestación de un servicio global en toda la cadena logística
mediante la ejecución de prácticas de cooperación que involucren terminales de
contenedores y empresas de transporte terrestre. Sin embargo, Monfort y Otros,
(Ob. Cit.) establece, que esta práctica no es nueva, desde los años 90, debido
a las exigencias financieras y la racionalización de servicios, los operadores
de terminales decidieron seguir el camino de concentración empresarial mediante
cooperaciones multiempresariales.
Estas
cooperaciones se han efectuado con el fin de: (a) crecer mediante absorciones o
adquisiciones, (b) llevar a cabo una integración vertical regional, adquiriendo
empresas complementarias a su actividad e incrementando su radio acción, y por
último, (c) invertir grandes cantidades de dinero en la formación de expertos
en manipulación de mercancías contenedorizadas y en nuevas tecnologías. (Monteverde
y Otros, 2003), tal es el caso
de Hutchison Ports que es el principal inversor y desarrollador mundial con una
red de operaciones portuarias en 49 puertos que abarcan 26 países de Asia,
Oriente Medio, África, Europa, América y Australia.
Esta empresa operadora internacional de carga así como otras, han formando una red mundial
de terminales con el objeto de ofrecer a las navieras, precios competitivos, instalaciones
portuarias en las principales rutas, un servicio global y de alta calidad, menor tiempo en puerto, alta productividad, muelles de gran longitud y grandes
calados, y grandes grúas para atender a los modernos portacontenedores.